Acabo de salir de ver una de los mejores films de mi vida. Es triste porque pienso yo, por mucho que te guste la moda (por no decir si no conoces de ella), si no trabajas en ella no la apreciaras de la manera en que debería ser; es triste, por lo tanto, porque su público se reduce drásticamente.
Hubieron muchas cosas que me impresionaron y aquí las enlistaré:
· Comenta nuestro querido narrador (porque sé que incluso los que no le conocíamos, después de dos horas de narración salimos enamorados de él) que cuando Christian Dior muere los periódicos escriben cosas como “el Alta Costura ha muerto” o, mi favorita, “Paris ya no será Paris”. Me asombra ver como un país puede estar tan devastado por la muerte de un diseñador, siendo que en el nuestro, para la mayor parte de la gente, no pasamos de ser estudiantes MMC (Mientras Me Caso) o en el mejor de los casos, costureros. Pero no es un país cualquiera, es Francia, y más específicamente París, la ciudad que, me atreveré a decir, es la más llena de arte, más concentrada en historia, con una interminable lista de filósofos, escritores, artistas, corrientes artísticas, edificios y todo aquello que a uno se le pueda imaginar nombrar en el mundo. Y Paris siente que es el fin del mundo porque un Diseñador de Modas murió. Sé que nos llevan varios siglos de adelanto y sé que Christian Dior no era cualquier diseñador, pero es el lugar donde nos tienen, es la forma en la que nos ven, de los que podrían aprender no solo el nuestro si no el resto de los países, dejar de devaluar nuestra profesión que no es tan banal (a mi parecer, en lo absoluto) como se piensa.
· Después de este infortunado hecho, sucede algo que daría lugar a las mejores creaciones del siglo; bien dicen que no hay mal que por bien no venga. Muere Christian Dior pero su puesto de creativo para la marca que lleva su mismo nombre queda en manos del joven Yves Saint Laurent. Mi segunda más grande impresión. Este muchacho, a la edad que en unos meses yo cumpliré, 21, tiene el peso del mundo sobre sus hombros: la dirección de la casa más grande e importante en el mundo del Alta Costura.
· Sin haber recorrido un gran tramo de carrera en esta Casa de Modas, es despedido y, como cuentan, decide que LO ÚNICO que le queda hacer es poner la suya propia: Yves Saint Laurent. Comienza haciendo lo que sabe hacer: Alta Costura. Sin embargo al poco tiempo incursionó y, de hecho, creó el Pret a Porter, la ropa ya no es hecha a la medida, ni cara, ni tarda días en estar lista, ahora está en la tienda ordenada por tallas, a un precio más accesible porque las telas no son tan finas como lo serían para el Alta Costura, todo para que solo llegues, tomes, pagues, te lo lleves y te lo pongas.
· 178 salidas. El número más impresionante que he visto. 178 salidas para cada colección era nada más y nada menos lo que presentaba Yves Saint Laurent. Tal vez es porque somos estudiantes, pero teniendo en cuenta que él tenía nuestra edad, es ridículo que a nosotros nos cuesta tanto entregar un par de vestidos al semestre.
· No es algo que uno no se espere pero también es inevitable que te cause impacto ver la cantidad de obras de arte que guardaban en su casa, o pensar (o si quiera INTENTAR pensar, porque en mi mente no entra la cifra exacta) en la cantidad que se ganó al venderlas en la subasta.
· Carrera Comercializada. No estoy segura de que siento al respecto. Creo que si él lo veía así está totalmente justificado su retiro pero también pienso que en su época la carrera no estaba tan comercializada, aún ahora que somos muchos más que hace un siglo, seguimos siendo pocos y menos los que en realidad se dedican a ello. Aunque supongo que es comprensible, como a los abuelos les cuesta comprender a los jóvenes, a un diseñador de los 50´s, pasar por cada década y sus cambios, para llegar al 2000, pues sí. La moda ya no era la que fue.
· Hay otra parte de la película, que en realidad no es otra parte sino la misma película porque el documental no hubiera sido lo que fue si no lo hubieran presentado como lo hicieron. El amor. Un amor que vivió 50 años, que venció todas las dificultades, un amor que fue verdadero hasta el final, que nunca se fue, nunca se perdió. Pierre e Yves. Un amor difícil para su época, duradero para el cliché, notable para la invisibilidad implícita. Me rompió el corazón saber que ellos se separaron desde 1992 y sin embargo meses antes de morir Yves se casaron por cuestiones, sobre todo, de herencia. Creo que eso dice mucho, le importaba tanto y le amo (si es que no le amaba aún) tanto como para querer asegurarse que Pierre no tuviera problemas legales. Parejas que pelean por quitarle a la otra persona hasta la ropa interior que trae puesta… Y estos dos hombres que se entregaron todo.
· La Muerte de Yves Saint Laurent. Yo me acuerdo de eso. Lo leí en alguna revista. Yo nunca he sido fan de los diseños de YSL, sin embargo es un hombre que SIEMPRE he admirado (y seguiré haciéndolo, porque mi admiración ha aumentado mucho más). Como puedes expresar todo lo que merece en palabras. Un muchacho y un hombre que lo hizo todo, que tenía todo el talento del mundo, que CREÓ (ahora se dice que ya nada se crea, solo se reinventa), que vivió para ver el cambio de décadas, de pensamientos, de ropa, por supuesto, a los 21 años pasó a la historia para siempre, y no nos defraudó después. Entonces apenas iba a comenzar la carrera, no estaba tan metida como lo estoy ahora, pero tenía conocimientos básicos. No me sentí terrible (como cuando sufrimos por la muerte de Alexander McQueen) pero si sentí un… Vacío, un sentimiento extraño porque sabía lo que acababa de pasar: el mundo había perdido a uno de los Grandes y es una pérdida que, sin importar el talento de los nuevos diseñadores, jamás será recuperada.
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