jueves, 28 de abril de 2011

Cien Millones de Años de Soledad

Hoy, no sé por qué razón, recordé este cuentito que me envió alguien muy especial hace mucho tiempo. Amo esta historia, es muy bella, se las comparto y espero que les guste.


Cien millones de año de soledad
Por Julio Martin Espinosa Casares

En un rincón oscuro y remoto del espacio – tiempo, habia dos estrellas pensantes. La más grande era una gigante roja súpermasiva llamada Aldhara. La otra, era una estrella pequeña, poco masiva, amarilla y de secuencia principal llamada Krulh.
No se sabe por qué ni cómo ocurrió, pero cuando se miraron, se enamoraron profundamente. Tan grande y hermoso era su amor, que dejaron de describir infallibles órbitas elípticas, para dibujarse tiernos corazones entrelazados.  Se querían tanto que deseaban estar juntas; pero la distancia era grande, y no podían acariciarse o besarse. Además eso estaba prohibido en un Universo oscuro, en un Universo negro, en un Universo helado y matemático.
Aún sabiendo esto, Aldhara y Krulh no se resignaban a vivir separadas, alejadas por un vacío denso, silencioso y eterno. En un momento de arrebato, que sólo el amor puede comprender, la enamoradas decidieron desafiar a las terribles  y despiadadas leyes de la física de Kepler, de Newton y de Einstein. Rebelándose contra todo orden del Universo, con un cómplice guiño, abadonaron sus órbitas, lanzandose por el espacio y el tiempo, en una frenética carrera, una al encuentro de la otra. Tan sólo querían besarse, y únicamente por la fuerza de este pensamiento, continuaron moviendose vertiginosas en su sendero suicida.. No obstante cuando estuvieeron muy cerca la una de la otra, se detuvieron, por que recordaron que si se besaban, ese sería su primer y ultimo beso. Por esta razón, al no poderse amar como tanto anhelaban, comenzaron a danzar ua frente a la otra. ¡Eran felices! Su amor había triunfado sobre la ciencia de un Universo oscuro, un Universo negro, un Universo helado y matemático.
Pero después de algunos miles de años, algo ocurrió. Aldhara le dijo a Krulh, sin poder evitar el llanto, que se alejara de ella, ya que debido a su gran masa, pronto se convertiría en un agujero negro, y que por esta razón Krulh debería irse lejos, pues de no hacerlo, sería deborada.
Krulh comprendió entonces que a su compañera le quedaba poco tiempo, mientras que a él, gracias a su poca masa, le quedaban muchos millones de años por delante. Se resistió  a dejarla morir sola, pues la amaba como a nada en el universo. Cuando Aldhara estaba a punto de morir, convirtiéndose en el más despiadado y aterrador depredador del Universo, se lanzó hacía ella para darle el primer y ultimo beso. Krulh sabía que moriría también en el monstruoso campo gravitacional del agujero negro que estaba a punto de formarse, pero ya nada importaba. Ese fue el precio que tuvieron que pagar por quererse. Ese fue el destino que deparó a su amor un universo oscuro, un Universo negro, un Universo helado y matemático.
Por eso, si alguna noche despejada volteas al cielo con un telescopio o unos binoculars, y encuentras a un sistema estelar binario, piensa que tal vez estas estrellas están enamoradas, y aunque vivamos en un Universo oscuro, en un Universo negro, en un Universo helado y matemático, lograrán encontrarse, se besarán por un instante nada más, y desaparecerán entre ondas de radio, rayos X o luz visible, destellos de amor y de ternura.


2 comentarios:

  1. Simplemente hermoso... Muchas gracias por compartirlo.

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  2. n_n me gusto... por cierto que mi vida sin internet... seria mi vida sin mi novia y esa vida no guta...

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