domingo, 12 de diciembre de 2010

Algunos Diseñadores Emergentes - Pablo Guerrero

Como hoy no tengo nada preparado para escribir les dejo este articulos que encontré en FashionNews [http://www.fashionnews.com.mx/]. Es de Pablo Guerrero. Me hizo reir muchisimo pero tiene toda la razon; es, de hecho, el mejor artículo que leído hasta ahora y por eso mismo pensé que valía la pena publicarlo y compartirlo con todos ustedes. Espero que les guste.


Algunos diseñadores “emergentes”

SECCIÓN | Periódico, » Hasta el diablo reza

Cada semestre surgen de las escuelas muchos diseñadores, algunos con un gran futuro en el mundo de la moda, otros, con un futuro prometedor para las fiestas de Halloween.
Los diseñadores al terminar sus estudios siempre se ven sumergidos en un mundo lleno de flores y espinas. Si están en una ciudad pequeña, inmediatamente son invitados a cuanta plataforma de moda local existe, en donde muestran, para su mala fortuna, sus colecciones en un antro de moda o en algún salón de hotel pésimamente acondicionado.  Si la ciudad es grande, deberán de enfrentar el reto de abrirse paso entre las grandes marcas, las gigantescas departamentales y los diseñadores consagrados, todo esto con un gran desafío a vencer: su ego.

Lo bueno:
Carne Fresca para ofrecer
Los diseñadores emergentes, tanto nacionales como internacionales, vienen siempre a inyectar sangre nueva al mundo de la moda. Su visión y opinión, se ve plasmada en sus colecciones, además de portar el estandarte de la problemática social. Es en pocas palabras, un  cáliz ardiente de propuestas listas para explotarse y darse a conocer no solo en los medios sino también en los mercados. Después de todo, “gallina vieja hace mal caldo”.

Lo malo:
El ego… Sube y sube hasta ser incontrolable  (como la gasolina).
El ego de los noveles diseñadores, al graduarse, es totalmente absurdo y ridículo. Basta con que hayan colocado uno o dos vestidos con alguna “socialite wannabe” para que se sientan paridos por Gabrielle Chanel y Christian Dior en una noche de copas y roles olvidados. La humildad es la virtud  que ha logrado hacer a los grandes y les ha dado bases a los diseñadores que iniciaron recolectando hilos, haciendo acabados y tareas de “Ejecutivo V” (Ve a hacer esto y ve a hacer aquello) aprendiendo el oficio con pasión y mesura y que hoy mueven los hilos de industrias multimillonarias. Con la creatividad se nace, pero la actitud hay que forjarla para que el talento brille y sobre todo, dé al menos para la renta, comer y pagarle a Hacienda.

Lo feo:
Acabados que acaban con el diseñador mismo.
En su afán de crear vestuarios al estilo de Lady Gaga, los diseñadores experimentan cual “Ciro Peraloca” en los pasillos de La Parisina, Modatelas o Fantasías Miguel y terminan realizando “diseños” que ni ellos mismos recuerda cual es el frente, cual es el revés, cual es la parte alta y cuál es la baja. Y si a esto se le suma costuras tan mal hechas que ni una abuelita con pulso de maraquero lo pudiera hacer peor. Siluetas que parecen el plano de la construcción de la autopista México-Acapulco y terminados que ni una casa de interés social podría tener. Lo anterior da como resultado una verdadera piñata. (Es decir, cuélguese y deséchese)

Para recordar:
Cómplices al rescate.
Y no es al rescate del amor o del prestigio de Belinda, es al de los diseñadores que terminan su carrera y son encausados por estas almas preocupadas por la moda en México. Es de aplaudir el esfuerzo que ofrecen grupos de moda en México para dar becas y mandar al extranjero a estudiantes brillantes (aunque lamentablemente luego resulta ser que son más brillantes para la turisteada que para la costura), en abrir foros en donde se muestre el talento, y apoyos en la realización de verdaderas colecciones. Si todos los diseñadores con talento, viviesen en la ciudad que fuera, tuvieran verdaderos apoyos, hoy por hoy, la industria de la moda viviría el verdadero “milagro mexicano”.

Para olvidar:
Viejo Lobo Marino…
Es una pena, por no decir una vergüenza (y mi nombre cambie a Hortensia) que dizque promotores de moda (que no son otra cosa más que faroleros que compran en Outlets o de plano Fake (por no decir fayuca)) se pongan a ofrecerles, a los diseñadores que inician su carrera profesional, pasarelas en plataformas de moda o espacios en showrooms, que acaben con todos los ahorros de su juventud, y que lo único que les den a cambio sea un desenlace lleno de dramas. Pasarelas sin compradores potenciales y showrooms que desaparecen al estilo Potter con todo y la colección sin más aviso que un inbox con la palabra de moda en México: Bancarrota.

Para mejorar:
¡Open your heart to me, Baby!!!
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y de nada sirve toda la experiencia de la industria, las cámaras y los profesionales si nadie se acerca a preguntar. Los diseñadores deben de dejar de gastar el tiempo en Farmville y mínimo ponerse a contactar expertos a través de facebook para despejar sus inquietudes y dudas, después de todo, no pasa de que a tu inbox le den “delete”.

En conclusión:

A Dios rogando, y con la máquina de coser dando.

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