martes, 7 de diciembre de 2010

Mi Estrella Fugaz

 
Ese era el nombre que ella usaba: Shooting Star. Debí saberlo, debí imaginar que no era un nick cualquiera, que esa era su identidad, era lo que sería en mi vida.
                Me encantaba nuestra historia porque hacía parecer que era el destino, que nuestro comienzo debía ser de película, que la historia sería mágica. Nos conocimos cuando yo tenía 17 y ella 16. Habíamos pasado 6 meses en el mismo estado, 6 meses en la misma ciudad, 6 meses en la misma escuela, 6 meses en salones continuos… Y jamás nos habíamos visto y menos reparado en la otra, hasta ese día. Aquel 24 de Marzo en que mi vida cambió. Después de tanta tiempo cerca, en el que cualquier persona por lo menos sabe que alguien más está ahí, nos vinimos a conocer en Zajach Ranch, nada más y nada menos que en Canadá.
                ¿Cómo es que teniéndola en el mismo lugar, a un par de metros de mí, tuvimos que atravesar un país y llegar a otro, kilómetros a distancia del nuestro, para notar nuestra presencia en el mundo?
                Bastó una oración para que yo supiera que ella no era como las demás y me traté de acercar a ella hasta que cedió. Nos hicimos muy amigas, ese primer día fue el único contacto que tuvimos, el segundo día me acerqué aunque ella no lo notó, el tercero me sentía mal (era el destino) y me quedé sentada con ella porque también estaba enferma, platicamos y me cedió su chamarra, al cuarto día éramos inseparables. Me confesó que también era lesbiana y le dije que ya lo sabía y nos la pasamos hablando de nuestras vidas, nuestros amores, nuestros padres. Todo el viaje íbamos juntas, escribíamos en un cuaderno, que aún guardo con mucho amor, cuando no podíamos hablar. Las dos semanas que quedaban desde ese lunes no dejamos de vernos, de estar cerca, de abrazarnos, de querernos sin decirlo.
                Regresamos a México. Ella prometió irme a ver el primer día pero yo no fui porque estaba enferma; en realidad no llegó y yo la fui a buscar el segundo día, le compré una paleta de corazón (me sentía una niña otra vez) pero cuando llegué ella estaba con la niña que le gustaba, así que solo la saludé y me fui. Desde ese día me iba a buscar en pequeños recesos que le deban, cuando S (la niña que le gustaba) no la podía ver. A mí me daban celos pero como yo ya lo sabía desde antes, pues tomaba el papel únicamente como amiga. Empezaron a andar y por dentro fue algo feo, pero también me alegraba por ella porque sabía que era lo que ella quería. Pasaron unos días. Cortaron y entonces corrió a mis brazos, ahora pasábamos mucho más tiempo juntas. Pero pasó algo que no previmos, que no esperábamos. Un compañero del viaje a Canadá leyó mi cuaderno y un día que íbamos caminando por la explanada y le tomé la mano a It, les dijo a todos y todos comenzaron a gritarnos cosas, ayudados por la coordinadora. Desde ese día nuestra estadía en la escuela se convirtió en un infierno. Esa tarde casualmente iba a ir a mi casa. Comimos juntas, peleamos por lavar los trastes, nos abrazamos, nos acostamos muy cerca de la otra, nos besamos, nos quisimos, caminamos al Starbucks tomadas de la mano, sentimos la tranquilidad después de tanta incomodidad. Pero llegó la noche y se fue, sabíamos que no iba a durar para siempre y desde entonces la escuela no volvió a ser el lugar tranquilo que era. Teníamos que escondernos para vernos porque si no era una de gritos que se desataba y como nadie en la escuela nos ayudaba, era mejor buscar un lugar alejado y solitario. Ahí éramos felices de nuevo, porque nos olvidábamos del mundo por los minutos que podíamos pasar solas, y nos sentíamos solo a nosotras.
                Ella se sentía mal de no decirle a sus padres y poco después confesó. Ellos decidieron irse al DF a vivir… Sentí que moría cuando me lo dijo. Ella y yo nos seguimos queriendo y el día que se fue, si no me sentía morir, yo ya no quería seguir viviendo. Era el dolor más grande que había sentido. Uno de los más grandes hasta ahora.
                Seguimos siendo amigas, con nuestras altas y bajas, seguimos queriéndonos a veces mas y otras veces menos. Y varias veces quisimos vernos pero nunca pasó.
Este octubre yo viajé al DF con el pretexto de ir a un congreso, pero ella sabía que era solo para verla. No me vió. Yo lo di todo por ella y a ella no le importó.
                Una semana después descubrí que ya tenía novia y una semana más tarde me dejó de hablar.
                Yo sigo molesta contigo, porque aún me duele que no te haya importado, que no me hayas visto, que me hayas hecho a un lado, que tuvieras novia y no me lo dijeras porque sabes que siempre te he apoyado, pero me lo ocultaste.
                Y sin embargo, quiero que sepas que en el fondo te sigo queriendo, que siempre serás importante para mí, que aún recuerdo cuando me observabas jugar con mi arete, cuando nos abrazamos sin tener una razón forzosa, cuando nos acostamos a ver las nubes, cuando iba a verte antes de tu clase de guitarra, cuando nos encontrábamos en el baño, cuando nos besábamos, cuando te parabas a amarrar mis agujetas, cuando hablabas con tus guitarras, cuando me fracturé el pie por TU CULPA, cuando te sentía aún cuando no estabas, cuando me ponía fría y me salía una sonrisa al ver que entrabas al msn, cuando leía Annie On My Mind, cuando pensaba que tu eras mi “Greatest Story Ever Told”, cuando…
                Aun te pienso y dudo que algún día deje de hacerlo. Te deseó lo mejor y se que lo tendrás, eres una mujer maravillosa, talentosa y con mucho potencial que sé que usaras, ahora veré más las noticias porque sé que algún día encontraré que si fuiste a la luna o tal vez sea otra cosa pero será algo grande, nada menos de lo que espero de ti. Espero que algún día este blog llegue a tus ojos, esta entrada específicamente y sepas que aún significas mucho para mí.
                Como una Estrella Fugaz, espero que regreses, pero no sé si ese regreso sea en esta vida, o en la próxima, o quizás nos convirtamos en estrellas binarias o  nos volvamos a unir cuando el universo explote y nuestras partículas se reencuentren. Sea como sea, espero ese regreso pronto y mientras, que seas muy feliz, mi Ztrezhitha.

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